Una parada obligatoria cuando visites Praga, es su renombrado y famoso Puente de Carlos.
Este puente es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y también el más viejo.
Pasa por encima del río Moldava y comunica la zona de la Plaza Vieja con el Castillo de Praga.
Puente de Carlos: símbolo de Praga
El Puente de Carlos es el símbolo de la ciudad y uno de los lugares más turísticos de la capital Checa, visitado por miles de turistas cada año.
Su diseño es de estilo barroco y gótico y está protegido por tres fantásticas torres distribuidas a cada lado del puente. Dos de ellas están situadas en Malá Strana y la otra en la Ciudad Vieja.
En la antigüedad, el Puente de Carlos en Praga tenía 4 carriles para que los carruajes pasaran cómodamente sobre él.
En la actualidad, es únicamente paseo peatonal, aunque a veces es imposible transitar por la cantidad de visitantes y lugareños que lo cruzan.
Durante el día es un cúmulo de actividad con turistas, residentes y artistas. Cuando cae la noche, el Puente de Carlos en Praga, se convierte en la prueba viva de la vida medieval ya pasada.
Historia del Puente de Praga
El Puente de Carlos se construyó sobre el malogrado Puente de Judith (esposa del rey Ladislao I), que tristemente se derrumbó por una inundación en 1342.
Carlos IV determinó que el constructor del nuevo puente sería el arquitecto Peter Parler, y ayudado por su grupo de astrónomos y numerólogos, el rey colocó la primera piedra el 9 de julio de 1357 a las 5:31 horas.
La construcción del Puente de Carlos comenzó en julio de 1357, pero la obra no finalizó hasta el año 1402.
Antes de que se construyera el puente, la comunicación entre la Ciudad Vieja y la Ciudad pequeña era bastante dificultosa y había que atravesar el río en embarcaciones de toda índole.
Tras la construcción del Puente de Carlos, la conexión comenzó a ser más fluida y toda la población lo usaba como medio de enlace entre ambas ciudades.
El nombre inicial era Puente de Piedra (Kamenný most) o Puente de Praga (Pražský most) y pasó a llamarse Puente de Carlos a partir de 1870.
Tiene 16 arcos sobre los que se apoya y está decorado por 30 réplicas de estatuas de estilo barroco, esculpidas alrededor del año 1700. Las estatuas originales se exhiben en el Museo Nacional de Praga.
La arquitectura del puente es una sutil mezcla entre barroca y gótica. Por ejemplo, la torre situada en la Ciudad Vieja es considerada como una de las edificaciones más deslumbrantes de la arquitectura gótica, mientras que las estatuas que decoran todo el recorrido son de un claro estilo barroco.
Recorrer el puente y vistas panorámicas
Seguro pensarás que visitar el Puente de Carlos en Praga es solo caminar por él y poco más, pero este puente ofrece mucho más que te hará apreciar tu viaje y tu visita a tan famosa construcción.
Lo más básico que puedes hacer como cualquier otro visitante es cruzarlo de un extremo a otro, aunque durante la temporada alta está bastante intransitable por la cantidad de turistas y artistas que colapsan el puente.
El mejor momento del día para disfrutarlo con tranquilidad es a primera hora temprano o a última hora, cuando está atardeciendo.
Para obtener una panorámica completa del puente, es recomendable situarse en una de las dos orillas y observar a través de la cámara hasta encontrar el encuadre en donde la construcción aparezca completa y con todo su esplendor.
Como sugerencia, una de las vistas privilegiadas es justo al Café Lavka y la otra por el paseo en la isla de Kampa o cerca del museo Kafka.
Busca también una vista elevada desde donde puedas tener una panorámica global del puente, como por ejemplo desde la colina del castillo, más concretamente desde la torre de la Catedral de San Vito o la colina de Petřín.
Después de las panorámicas de ambas orillas, desde el propio puente y desde la cima de dos colinas, faltaría una perspectiva desde el propio río, navegando de una orilla a la otra sobre el río Moldava y bajo la asombrosa estructura.
Estatuas del Puente de Carlos
El Puente de Carlos también se conoce como el puente de las estatuas y no sin razón, ya que cuenta con una colección de 30 estatuas a ambos lados.
Cada una de ellas representa un santo o una santa importante de Praga y del resto del mundo.
Las estatuas empezaron a instalarse en el puente entre 1683 y 1724 y la última se agregó en 1983. La más antigua de ellas es la de San Juan Nepomuceno, protector de las inundaciones.
Pero no temas por su integridad, porque no son las originales. Desde 1965 las estatuas fueron replicadas y las originales que estaban muy deterioradas por las inundaciones, permanecen custodiadas.
Las esculturas originales reposan en el Lapidarium del Museo Nacional de Praga.
La leyenda cuenta que en 1393, por órdenes de Wenceslao IV, arrojaron al santo al río Moldava y que el lugar en donde cayó, lo representa una cruz arzobispal con cinco estrellas.
Cuando se pone la mano sobre ella, si cada dedo toca cada una de las estrellas, un deseo se hará realidad.
Otra estatua popular es la de la Crucifixión y el Calvario, cuya cruz de madera, fue la primera decoración del puente en 1631. En 1657 fue reemplazada por su deterioro.
La escultura más bella del puente, quizás, es la de Santa Lutgarda, inspirada en el cuadro El sueño de Santa Lutgarda. Ésta representa la leyenda de una monja ciega, que se hincó ante Jesús para besarle las heridas.
Otra estatua popular es la de Brunsvik, que se curiosamente se encuentra lejos de las demás estatuas encima de un pedestal en el agua. Representa al caballero con la espada dorada y mágica que podía cortar la cabeza de sus enemigos.
Esta espada está oculta en el Puente de Carlos, para que San Wenceslao la utilice el día en que llegue con los caballeros de Blaník a proteger la República Checa, en caso de alguna guerra.
Las torres del puente
Las torres del Puente de Carlos son una parte importante de este símbolo praguense.
En los extremos del puente se encuentran las tres torres y una de ella tiene un estilo diferente a las otras dos.
La Torre de la Ciudad Vieja se encuentra en Staré Město y su construcción es de estilo gótico. Data de la misma fecha de la construcción del puente y pertenece a la obra del mismo arquitecto, Peter Parler.
Se considera una de las torres más preciosas de toda Europa, mide 64 metros de alto y dos de sus fachadas tienen estatuas simbólicas del puente.
Entre ellas están las de San Vito, el rey Wenceslao IV y el propio rey Carlos IV.
Las torres de la Ciudad Pequeña se encuentran en Malá Strana. Una de ellas, la más pequeña y más baja y pertenece al desaparecido Puente de Judith.
Es de estilo románico combinado con renacentista y su construcción se remonta al año de 1591.
La torre más grande es de estilo gótico y data del año 1464. A pesar de su construcción tardía, se ajustó al estilo del Puente de Carlos y la torre del lado opuesto.
Tiene 43 metros de alto y en ella puedes ver una galería de la edificación de ambas torres.
Ubicación y cómo llegar
El Puente de Carlos está situado en Karlův Most (Praga), entre la Ciudad Vieja y la Ciudad Pequeña.
Existen dos formas para llegar al puente: en metro o en tranvía. Si prefieres el metro, deberás tomar la línea A en la estación Staromestska.
En cambio, si prefieres el tranvía, deberás tomar el 17 0 18 en la parada de Krizovnicke Namesti.
El horario para visitar las torres es de lunes a viernes de 10:00 am a 6:00 pm en Malá Strana y de 10:00h a 17:00h en Staré Město.
Una de las mejores formas de llegar es por medio de este paseo en barco que ofrece al final del recorrido entradas para entrar al museo del punte. Cuando nosotros lo hicimos no pensamos que nos fuera a gustar tanto y ahora repetiríamos.
Leyendas sobre el Puente de Carlos
El Puente de Carlos en Praga esconde algunas historias y leyendas alrededor de su construcción y sus 30 estatuas.
Una de las leyendas más famosas gira en torno a su construcción ya que se dice que Carlos IV pidió a sus astrólogos y numerólogos que lo guiaran, como te hemos comentado al incio del post.
Éstos concluyeron que la primera piedra debía ponerse en 1357, justo el 9 de julio a las 5:31. Esta fecha, 135797531, es una cifra de números impares que se lee igual de izquierda a derecha y viceversa.
Según los expertos, estos números ayudarían a que el puente fuese más resistente.
Otra leyenda cuenta que, para la edificación del puente, los arquitectos usaron elementos inusuales, como yemas de huevos y leche que debía otorgar solidez y dureza a la estructura.
Recientes análisis han demostrado que en el mortero existen componentes inorgánicos, pero también orgánicos.
Una de las leyendas que recorre el Puente de Carlos al anochecer, es que las estatuas aprovechan la soledad de la noche para bajar de sus pedestales y comienzan a hablar entre ellas.